La Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha emitido una seria advertencia sobre el potencial uso malicioso de tecnologías emergentes como vehículos autónomos y drones por parte de grupos terroristas. Un nuevo informe revela que estas máquinas podrían convertirse en “slaughterbots”, es decir, armas autónomas capaces de atacar sin intervención humana. La alarma fue lanzada por expertos de la ONU durante una sesión de análisis sobre seguridad internacional y nuevas tecnologías. El informe fue divulgado en medios internacionales como The Times y recoge el consenso de múltiples especialistas en ciberseguridad y armas automatizadas

El informe fue presentado en junio de 2025 como parte de un encuentro estratégico en Ginebra, Suiza, en el marco de las discusiones sobre regulaciones tecnológicas globales que lidera la ONU con apoyo de países miembros y ONGs especializadas en derechos humanos.
El crecimiento acelerado de la inteligencia artificial y los sistemas de navegación autónoma ha abierto nuevas posibilidades, pero también nuevos riesgos. Según el documento, grupos terroristas podrían manipular drones y vehículos autónomos para lanzar ataques selectivos sin que haya una persona directa al mando, lo que dificultaría la atribución del acto y su prevención.
Los denominados “slaughterbots” son microdrones o vehículos programados con capacidades de identificación facial o geolocalización que pueden ser equipados con explosivos u otros mecanismos letales. Este tipo de arma autónoma, aunque aún no se ha desplegado a gran escala, está cada vez más cerca de ser viable tecnológicamente. La ONU recomienda establecer salvaguardas y acuerdos multilaterales que limiten el desarrollo y uso de sistemas autónomos armados. Entre las medidas sugeridas se encuentran:
- Establecer normas internacionales vinculantes sobre el uso militar de IA.
- Promover el control humano obligatorio en toda toma de decisión letal.
- Crear protocolos de trazabilidad y responsabilidad para fabricantes y usuarios de estas tecnologías.
- Invertir en ciberseguridad y blindaje de los sistemas de navegación autónoma frente a hackeos.
Algunos países y organizaciones ya han comenzado a presionar por un tratado internacional que prohíba el desarrollo de armas completamente autónomas, una iniciativa similar al Tratado de No Proliferación Nuclear. No es la primera vez que la ONU lanza advertencias sobre este tema. Desde 2017, el organismo ha alertado sobre los peligros de las armas autónomas. Sin embargo, el rápido avance de empresas tecnológicas en el desarrollo de vehículos sin conductor y drones cada vez más sofisticados ha intensificado la preocupación.
Además, el informe señala precedentes en los que tecnologías similares han sido empleadas en conflictos como el de Libia y Ucrania, donde drones comerciales fueron modificados para misiones militares. La posibilidad de que estas herramientas lleguen a manos de actores no estatales o terroristas no es una teoría lejana, sino una amenaza tangible.
Este informe pone sobre la mesa la urgencia de establecer límites éticos y legales al desarrollo de tecnologías autónomas. Aunque los coches sin conductor y los drones prometen eficiencia y comodidad, también podrían convertirse en herramientas de destrucción si no se regulan adecuadamente. La comunidad internacional se enfrenta a una disyuntiva crítica: avanzar sin freno en nombre de la innovación o poner reglas antes de que sea demasiado tarde.