La empresa Microsoft ha desarrollado una supercomputadora bajo el nombre de Voyager-EUS2. La última actualización de la lista Top500 lo tiene en los diez primeros lugares. El superequipo cuenta con una potencia de 30 petaflops por segundo, lo que le permitió alcanzar los primeros sitios.
Sin embargo, la supercomputadora de Microsoft se encuentra lejos del sitial de privilegio. La ubicación de honor es para el equipo japonés Fugaku con sus 442 petaflops. Voyager-EUS2 es un sistema Microsoft Azure que se instaló en los Estados Unidos. A esto se debe sumar que es el único ordenador que pertenece a la nube pública y está en un puesto tan destacado. Cinco son los superordenadores que Azure, la nube de Microsoft, consigue tener en el Top500 de la lista.
Microsoft y la supercomputadora
La arquitectura del equipo está basado en un procesador AMD EPYC con 48 núcleos y 2,45 GHz. El procesador viene acompañado con una GPU NVIDIA A100 con 80 GB de memoria. A esto se debe sumar que utiliza un Mellanox HDR Infiniband para el trabajo de la transferencia de datos. Esta es la tecnología que vienen empleando las grandes organizaciones.
Las empresas buscan que su potencial de cálculo pueda ser alquilado para el entrenamiento de modelos de inteligencia artificial. Dentro de los campos en que se destaca el uso de estos equipos se encuentra:
- la visión computarizada,
- la búsqueda de textos,
- el reconocimiento de voz
- la traducción automática de textos.
Supercomputadora sin Windows
El equipo de Microsoft, sorprendentemente, no funciona con Windows, sino que lo hace con Linux. El sistema operativo de la supercomputadora es Ubuntu 18.04 LTS. Aunque esto pueda parecer extraño, la empresa cuenta con dos distribuciones propias del software creado por Linus Torvalds.
Otra de las tendencias que tienen estos superordenadores es que, desde finales de 2017, todos los que entran en el Top500 se ejecutan con Linux. Fugaku, como algunos otros, suelen contar con una ejecución simultánea con McKernell. Este es un sistema operativo ligero. Hace 13 años, los superequipos con Linux alcanzaban el 50 por ciento.