Latinoamérica ha venido adaptándose a cómo la tecnología es una nueva variante dentro del mundo del campo, con el fin de coordinar una mayor rentabilidad con una disminución del impacto ambiental. Para ello, se ha trabajado en la innovación y la digitalización.
Actualmente, agricultura y tecnología se vienen combinando para añadir rentabilidad, productividad y eficacia a los sistemas agrícolas. Muchos ven o creen que el campo y su entorno es “tradicionalista”. Sin embargo, cada vez se han buscado soluciones en temas de inteligencia artificial, blockchain y biotecnología. Todo esto sería apto para analizar datos genéticos, de transacciones y diferentes fenómenos climáticos.
La tecnología para una mejor producción
Esta relación entre el mundo rural y la tecnología también tiene como trabajo la disminución del impacto ambiental. En este aspecto, se pueden encontrar mejoras como los sensores remotos, la geolocalización, la tecnología móvil o los robots para, por ejemplo, obtener mediciones de los suelos. El sector agrícola recibe, a través de la tecnología, una ayuda para conocer el clima, soluciones en tiempo real, mercados y plataformas de financiamiento.
Panorama regional
El terreno fértil hace de América Latina una de las principales regiones mundiales en materia de exportación agrícola. Desde soja, maíz, azúcar, verduras, café, frutas, hasta diferentes animales son muy buscados a nivel internacional. Los emprendedores rurales de la región trabajan con diferentes startups para encontrar soluciones.
Con estas soluciones tecnológicas se pueden gestionar diferentes recursos, muchos de ellos clave como es el agua para el campo. La tecnología pretende acercar diferentes alternativas para la innovación en la industria agrícola. Las startups cuentan con cada vez mayor presencia en la región. Brasil y Argentina están por sobre el resto; sin embargo, América Central y el Caribe se vienen sumando a esta tecnificación.